La Alcaldía de Medellín, específicamente la Secretaría de Bienestar Social, ejecuta varios programas que se componen desde centros para rehabilitaciones físicas hasta subsidios económicos. El programa donde están integrados todos los proyectos se llama “Ser Capaz”, nacido de la necesidad de reconocer a estas personas dentro de un marco diferente a las demás por sus discapacidades, y que con la creación de cerca de 42 proyectos pronto dejarían de pensar en sus discapacidades como un obstáculo.
Ahora bien, la ciudad con todas sus transformaciones para el fomento de la educación, la cultura, entre otros, ha incluido a las personas invidentes, sordomudas y con discapacidades físicas en los proyectos para el cambio de infraestructura de la ciudad.
A pesar de esto, según Álvaro Múnera concejal de Medellín, la ciudad tiene un atraso de 30 años en comparación con países civilizados. En Medellín, según él, se empezó el proceso de inclusión en el año 98, con programas como el transporte, aunque el problema, nos comenta Álvaro Múnera, es que los discapacitados pensaron que este sería un taxi para ellos.
El mayor logro para las personas con discapacidad física fue la construcción de plataformas electromecánicas y de ascensores en las estaciones del metro, aunque lograr esto fue una batalla de varios años, presentando, inicialmente, la propuesta a dos presidencias y, a la tercera se consiguió. El principal factor en la demora y evasión del tema fue la cantidad de dinero que se debía invertir: 7 mil millones de pesos. Aunque aclara el concejal que, hablar de accesibilidad en Medellín para los discapacitados físicos es imposible, escúchenlo.
Otro conjunto de personas en las que se ha centrado la transformación de la ciudad y a su fácil accesibilidad, son los limitados visuales; a ellos se les ha dispuesto baldosas táctiles y semáforos sonoros. Para ellos hay varios proyectos en el programa “Ser Capaz” con el fin de mejorar sus habilidades, asimismo, aunque no desarrollado, se ejecutó un programa pionero para acondicionar la ciudad con teléfonos públicos para sordo-mudos, se distribuyeron 5 en total en diferentes parques bibliotecas.
Así pues que, a pesar del esfuerzo por parte de la Alcaldía y de los discapacitados, también los ciudadanos deben aclarar su función y participación en el progreso e inclusión de las personas afectadas por su egoísmo y despotismo, ya que, nuestra incultura e irrespeto hacen de estos cambios algo inútil o poco provechoso.
Las siguientes imágenes son un claro ejemplo de la despreocupación de los ciudadanos e irresponsabilidad al ocupar ciertos espacios construidos para las funciones ya mencionadas.
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