El 9 de abril de 1948 fue asesinado Gaitán, un hombre que representaba para una gran parte de la población colombiana la posibilidad de cambio. Él, iba tras una nación más equitativa e incluyente.
“Gaitán era ya el presidente de Colombia para 1950, pero se había creado la atmósfera propicia para su asesinato: a Gaitán lo hubiera podido asesinar alguien distinto al homicida Roa Sierra. A la 1:05 de la tarde se paró el reloj de Gaitán, cuando el asesino vaciaba el revólver sobre su cuerpo. A esa hora en 1948 cambió el rostro de Colombia” escribió Arturo Alape en 2003 para la revista Semana.
Gaitán representaba el cambio que el país buscaba en aquel entonces. Logró ser un líder en los roles que enfrentaba, como estudiante, como dirigente político, como ciudadano. Se dice que esta capacidad está ligada a la educación brindada por su madre Manuela Ayala de Gaitán, una mujer librepensadora, excluida del sistema educativo por sus opiniones religiosas no convencionales, tras esto fundó su propia escuela, en la cual enseñaba a los hijos de familias liberales sus ideas provocadoras.
Esta formación y la pobreza en la que creció, sirvieron para desarrollar su potencial social y ser consciente de las necesidades del pueblo colombiano. En 1920 Gaitán entró a la Universidad Nacional a estudiar leyes, al culminar este y otros estudios, Gaitán se lanzó a la política. En 1929, siendo miembro de la Cámara de Representantes, denuncia la explotación de la que eran víctimas los trabajadores de la United Fruit Company apoyados por el gobierno conservador.
Por denuncias como estas fue que Gaitán se posesionó entre la población, pues introdujo en la cámara nuevos temas de justicia e igualdad social. Después de esto, Gaitán continúa su carrera política ya con un movimiento sociopolítico: el gaitanismo. Cansado entonces de las reformas que se planteaban en el gobierno de Olaya Herrera, Gaitán funda la Unir (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria) para desarrollar en esta su acción política. Poco tiempo después, Gaitán volvió al liberalismo oficialista.
Su vida política se desarrollo en diferentes cargos que le permitieron dar a conocer sus ideales socialistas, fue alcalde de Bogotá, ministro de educación, ministro de trabajo, entre otros cargos que le permitieron afianzar y estrechar lazos con la población. Uno de los hechos más significativos y que vive en la memoria de muchos colombianos es la marcha del silencio, no solo por ser una de sus últimas apariciones públicas, sino porque nunca antes en la historia del país se había ejecutado una manifestación donde su herramienta fuera el silencio.
Esta marcha se organizó por la cruda situación de violencia que vivía el país y que tuvo un punto álgido en este tiempo. Gaitán ante esto, organizó la “Manifestación del Silencio” para el 7 de febrero de 1948, que convocó a más de cien mil personas en la Plaza de Bolívar según Iván Marín Taborda en la página web de la biblioteca Luis Ángel Arango. Esta marcha demostró la organización y magnitud del movimiento gaitanista.
Casi un mes después de este hecho, Gaitán fue forzado a dejar de pensar en la reforma económica, política y social de este país. Miles de colombianos quedaron a la deriva, pues nadie más ha llegado a representar el cambio que Gaitán significaba para la nación. El 9 de abril de 1948 es recordado con nostalgia, pues aquel día fue asesinada y enterrada la esperanza de un pueblo por mejorar. Al conocer esto, al pueblo no le quedó más que levantarse y demostrar la furia - en el hecho conocido como El Bogotazo - que les causaba el saber que el cambio en su destino había sido aniquilado
“Gaitán era ya el presidente de Colombia para 1950, pero se había creado la atmósfera propicia para su asesinato: a Gaitán lo hubiera podido asesinar alguien distinto al homicida Roa Sierra. A la 1:05 de la tarde se paró el reloj de Gaitán, cuando el asesino vaciaba el revólver sobre su cuerpo. A esa hora en 1948 cambió el rostro de Colombia” escribió Arturo Alape en 2003 para la revista Semana.
Gaitán representaba el cambio que el país buscaba en aquel entonces. Logró ser un líder en los roles que enfrentaba, como estudiante, como dirigente político, como ciudadano. Se dice que esta capacidad está ligada a la educación brindada por su madre Manuela Ayala de Gaitán, una mujer librepensadora, excluida del sistema educativo por sus opiniones religiosas no convencionales, tras esto fundó su propia escuela, en la cual enseñaba a los hijos de familias liberales sus ideas provocadoras.
Esta formación y la pobreza en la que creció, sirvieron para desarrollar su potencial social y ser consciente de las necesidades del pueblo colombiano. En 1920 Gaitán entró a la Universidad Nacional a estudiar leyes, al culminar este y otros estudios, Gaitán se lanzó a la política. En 1929, siendo miembro de la Cámara de Representantes, denuncia la explotación de la que eran víctimas los trabajadores de la United Fruit Company apoyados por el gobierno conservador.
Por denuncias como estas fue que Gaitán se posesionó entre la población, pues introdujo en la cámara nuevos temas de justicia e igualdad social. Después de esto, Gaitán continúa su carrera política ya con un movimiento sociopolítico: el gaitanismo. Cansado entonces de las reformas que se planteaban en el gobierno de Olaya Herrera, Gaitán funda la Unir (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria) para desarrollar en esta su acción política. Poco tiempo después, Gaitán volvió al liberalismo oficialista.
Su vida política se desarrollo en diferentes cargos que le permitieron dar a conocer sus ideales socialistas, fue alcalde de Bogotá, ministro de educación, ministro de trabajo, entre otros cargos que le permitieron afianzar y estrechar lazos con la población. Uno de los hechos más significativos y que vive en la memoria de muchos colombianos es la marcha del silencio, no solo por ser una de sus últimas apariciones públicas, sino porque nunca antes en la historia del país se había ejecutado una manifestación donde su herramienta fuera el silencio.
Esta marcha se organizó por la cruda situación de violencia que vivía el país y que tuvo un punto álgido en este tiempo. Gaitán ante esto, organizó la “Manifestación del Silencio” para el 7 de febrero de 1948, que convocó a más de cien mil personas en la Plaza de Bolívar según Iván Marín Taborda en la página web de la biblioteca Luis Ángel Arango. Esta marcha demostró la organización y magnitud del movimiento gaitanista.
Casi un mes después de este hecho, Gaitán fue forzado a dejar de pensar en la reforma económica, política y social de este país. Miles de colombianos quedaron a la deriva, pues nadie más ha llegado a representar el cambio que Gaitán significaba para la nación. El 9 de abril de 1948 es recordado con nostalgia, pues aquel día fue asesinada y enterrada la esperanza de un pueblo por mejorar. Al conocer esto, al pueblo no le quedó más que levantarse y demostrar la furia - en el hecho conocido como El Bogotazo - que les causaba el saber que el cambio en su destino había sido aniquilado
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