14 de abril de 2010

Lugares comunes y falta de discusión, características de El gran debate

Los candidatos a la presidencia de la República presentaron sus propuestas, defendieron sus posturas y ganaron o perdieron seguidores en el debate organizado por RCN radio y televisión y la revista Semana.

A este primer debate fueron invitados los candidatos Sergio Fajardo, Rafael Pardo, Germán Vargas, Gustavo Petro, Antanas Mockus, Noemí Sanín y Juan Manuel Santos, quiénes, según expresó Clara Elvira Ospina, directora de noticias RCN “registran más del 1% con intención de voto en la encuesta realizada por la firma Ipsos Napoleón Franco para esta alianza de medios”.

Al inicio del debate, se les preguntó a los candidatos por su pasado. No pudieron escapar, aunque sí evadir muy bien, a preguntas relacionadas con los escándalos en los que se han visto envueltos.

A Juan Manuel Santos se le preguntó por los falsos positivos, a Germán Vargas Lleras por la participación en su partido de políticos involucrados en la parapolítica; a Mockus por renunciar a la alcaldía de Bogotá para presentarse a la presidencia, y a Fajardo por los supuestos pactos con “Don Berna” .

Noemí por su parte, fue cuestionada por su participación en gobiernos donde sus líderes han sido de partidos totalmente diferentes. A Petro, lo llevaron un par de años atrás y le recordaron su participación en el M-19 y, finalmente, a Pardo se le cuestionó, después de ser uno de los críticos más acérrimos de la parapolítica en el Congreso, el haber aceptado el respaldo de una esposa de un parapolítico.

Además, hubo tres grandes episodios en este debate: el cara a cara, las propuestas para derrotar a las Farc y los proyectos para bajar los índices de desempleo. En el cara a cara, más que una intención de debatir o de descalificar al otro candidato se vio, según Gonzalo Medina, Magíster en Ciencia Política, que el fin de este tipo de intervenciones eran “más como con ánimos efectistas que es muy propia de hacer la política hoy. Hoy en día la política se hace más como una especie de actuación, como algo en lo cual pesa más la imagen, en su sentido más amplio”.

Los candidatos coincidieron a la hora de proponer cómo derrotarían a las Farc. Insistieron en continuar con la Seguridad Democrática pero modificando aquellos errores en los que, a su parecer, se ha incurrido, sobre todo los relacionados con las violaciones a derechos humanos y riesgos en los que se ha visto involucrada la población civil. A parte de esto, fueron bastante prudentes a la hora de nombrar, acusar o reconocer tendencias, escudándose en la capacidad de sus otros contendores o en la Constitución Nacional.

En las propuestas lanzadas para combatir el desempleo unos coincidieron y otros no tanto. Pardo y Vargas mencionaron la construcción como un motor fuerte para estimular la economía y generar empleo. Pardo y Fajardo coincidieron en que se deben crear unas normas para estimular la contratación de jóvenes; el primero propuso el favorecimiento a las empresas y; el segundo, un salario mínimo con menor valor para los beneficiarios, que en este caso serían los jóvenes. Mockus, le apostó a la exportación de contenido intelectual. Noemí habló de la seguridad como un punto importante en la generación de empleo.

Por su parte, Santos se escudó en la experiencia que le han brindado sus diferentes ministerios. Cree y apoyará la fórmula: seguridad + educación = empleo. Petro coincidió con Santos en el tema educativo, pero con una fórmula diferente: Educación + Espacio (en la ciudad o en el campo) + Crédito = empleo. Ante esto, Francisco Restrepo, administrador de empresas, especialista en alta gerencia y docente en la Universidad de Antioquia, argumenta que “se tendría que mirar las fuentes de pago y cómo se va a financiar, además, quién brindará estos recursos, cuál será el interés, si contará con apoyos institucionales…”

Medina concluye que “no se observan propuestas novedosas, innovadoras. Propuestas que sobresalgan del promedio. Si uno mira los discursos de los candidatos como puede ser Gustavo Petro, Rafael Pardo, el mismo Antanas Mockus, no tienen una fuerza propia”.

Añade que “esto es algo preocupante para una democracia, que las propuestas sean pobres, de lugares comunes”. Dice que más que debate, hubo una puesta en escena, “es decir, hubo preguntas y hubo respuestas, pero como tal un juego de ideas, un intercambio de puntos de vista, una confrontación, lo que realmente caracteriza un debate, me parece que no se vio”.

Así que, este espacio sólo permitió observar unas características y posturas generales en los proyectos de los candidatos presidenciales, lo que invita entonces a la consulta y lectura en su totalidad de los planes de gobierno para no llevarse sorpresas y saber a qué atenerse.

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